El Alma ve su vida como un
continuo ir y venir de una experiencia a otra.
No hay muchas vidas, hay una
vida con muchas experiencias, muchas oportunidades de aprendizaje. Y si en este
aprendizaje lastimamos a alguien, vamos a tener que aprender que eso no se
hace, a modificar esa tendencia a dañar, ¿y que mejor manera de hacerlo que ponernos
del otro lado del mostrador en la siguiente encarnación y ser los dañados? ¡Así
no se olvida seguro!
¿Y si para salir del
letargo o para dar un gran salto evolutivo y tomar un atajo en el camino de la
evolución espiritual, decide algún alma sufrir una pérdida muy dolorosa, o una
grave enfermedad? ¡No lo dudaría esta
alma valiente, la recompensa es enorme!