… Todo comenzó aquella tarde cuando salí
de una cabaña de madera en un lugar de montaña… Me invitaron unas personas que yo no
conocía, a un encuentro poco habitual con una vieja mujer que ya había “partido”
-no solo de esta vida, sino de muchas más… como ella me dijo cuando le conté
que me dedicaba a la Terapia de Regresión a Vidas Pasadas -“Qué interesante”- me dijo, - “yo he vivido muchas vidas”.
No pretendo que me crean, no son
importantes los detalles del encuentro. Solo diré que esta anciana, que había
vivido en ese mismo lugar años atrás; utilizó para presentarse ante mí y otras
pocas personas que estaban presentes, el cuerpo de un mortal como nosotros: es
lo que se llama “mediumnidad”. Para hablarnos, necesitaba utilizar la voz de
este buen hombre, que tenía el don de “prestarle
su cuerpo” por unos momentos...
Esta señora además, me enseñó a utilizar el péndulo, que es un método de adivinación
y sanación. Ella había sido una gran experta, dicen. Su péndulo de madera
todavía estaba ahí...
Una frase que escuché antes de
retirarme de esa inusual reunión en una cabaña de madera, donde ingenuamente le
hice la pregunta que todo buscador espiritual hace: “¿cuál es mi misión?”, fue el primer aliento de vida de este libro:
“tu
misión es contar que la muerte no existe”, respondió ella desde el mas allá.