… El alma va al lugar adecuado. Y siempre es así, sin excepción. Porque Ella sabe, lo sabía antes de “empujarnos” a hacer la terapia de regresión. ¿Cómo nos empuja?… Molestándonos con el síntoma, que no es más que una excusa, la zanahoria que, como al burro, nos encamina a nuestra evolución….Puede ir al momento traumático del dolor o a la pérdida
en esta vida, a alguna experiencia difícil de la infancia, al nacimiento, a la
vida intrauterina, a una vida anterior, a una vida futura, al momento antes de
nacer cuando preparamos nuestro plan o mapa de ruta para esta vida. O tal vez
descubrimos que teníamos una “energía pegada de otra persona”, viva o muerta, o
una experiencia de abducción extraterrestre, una existencia en otro planeta, o
en civilizaciones muy antiguas y desconocidas. Así es, queridos lectores,
aunque parezca ciencia ficción, puede suceder que nos demos cuenta de que junto
a nuestro campo energético hay “otra entidad” que nos transmite sus emociones,
dolores, adicciones… y que nuestros síntomas son en realidad las emociones de
otro ser que ya murió, no se elevó a la Luz y se “me pegó” a mi campo energético
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