El propósito de la vida es disfrutarla. Aprendemos que seguir nuestra propia felicidad, es muy diferente que tratar de hacer felices a los demás. Nuestro servicio a la vida es hacer de nuestra propia vida algo mejor de lo que era cuando llegamos a este mundo. Cuando encarnamos, pudimos elegir nacer de los que nos mataron antes, para permitir a nuestros actuales padres que nos den oportunidades en la vida, y de ese modo compensen sus errores pasados, y nosotros sanemos nuestras heridas de desamor. Pero si ellos nos traicionan al no desarrollarse ellos mismos por no seguir su plan de vida, nos sentimos traicionados, abandonados, y creamos fuertes deseos de dejar este mundo. Para encontrar nuestro lugar en este mundo a pesar de los planes kármicos a menudo difíciles e intensos, necesitamos la perspectiva del águila para saber que estamos eligiendo todo desde una perspectiva más elevada.
FOSTER PERRY.
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